El libro Escritora cuya vida se centró en desentrañar el origen del lenguaje, Dulce María González (Monterrey, 1958-2014) escribió novela, crónica, periodismo y poesía, tamizando su escritura en un vaivén de soledades. En este poemario, titulado Descendencia, la memoria –mar insomne– se adentra en sus vacíos: años, días, instantes como brillo de luciérnagas que se elevan hasta caer en el oscuro bosque. Libre, reflexiva y lúdica, su voz es un espejo ambivalente, el lugar de dos ríos –razonado uno, sensitivo el otro– cuyas aguas se juntan y entrechocan.

«Nos hallamos claramente en el dominio del amor, que convierte en energía pura la materia. En ese punto, la palabra-luz ensancha el horizonte. Nada importa si hace sol o si la luna emite su perlado rielar. Los fragmentos desprendidos de esa memoria existen por su propio resplandor, brillan como testigos insomnes de los que todo mal ha sido apartado pues han quedado desnudos en su pureza», Clara Janés.

La autora La narradora, poeta y periodista, Dulce M. González (Monterrey, 1958 – Ibídem, 2014) cursó estudios de Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, fue Coordinadora del Centro de Escritores de Nuevo León y becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. Además impartió clase en la Facultad de Medicina de la UANL y fue titular de la columna Literespacio en el periódico El Norte. En 2002 recibió el Premio Nuevo León de Literatura y en 2003 el Premio a las Artes de la UANL.


Publicó Gestus (crítica de teatro; 1991), Detrás de la máscara (cuento; 1993), Donde habiten los dioses (prosas, 1994), Crepúsculos de la ciudad (crónica; 1996), Ojos de Santa (poesía; 1996), Elogio del triángulo (cuento; 1998), Mercedes luminosa (novela; 2005), Encuentro con Antonio (novela; 2006), Los suaves ángulos (novela; 2009) y Lo perdido (poesía; 2014). En 2012, en colaboración con el fotógrafo Oswaldo Ruiz, publicó el libro de poemas Un océano divide (Vaso Roto Ediciones y UANL).