Un Kama Sutra español en Correo del Libro

Un Kama Sutra español

Luce López-Baralt


Interior de uno de los templos de Khajuraho en Madya Pradesh, región central de la India. Foto: Especial.

Tras una vida académica dedicada al estudio comparativo de las tradiciones literarias en español y árabe, es posible asegurar que Luce López-Baralt ha llegado al punto más álgido de su carrera. No es la primera vez que se aventura a desentrañar los misterios encriptados en textos, tanto de origen hispánico como oriental, con miras a develar los vínculos literarios y culturales que, en ocasiones, se nos antojan indisolubles entre ambos. Fácilmente podemos corroborarlo en obras como San Juan de la Cruz y el Islam (Hiperión, 1985) o El viaje maravilloso de Buluqiya a los confines del universo (Trotta, 2004).

Sin embargo, Un Kama Sutra español, título con el que bautizó el más reciente de sus esmerados estudios, le merece un reconocimiento especial. Con un lenguaje docto, pero que invita a la lectura por su incontenible entusiasmo, López-Baralt compele a adentrarse en este “híbrido cultural” que promete trastocar, así como enriquecer, el canon literario de los siglos áureos. Y es que su contenido no podría ser más desconcertante: se trata del primer manual de corte erótico en español arcaico, que justifica el acto sexual en la más pía religiosidad. Algo que sin duda representa un choque de frente contra la cosmovisión cristiana e islámica, pues quien plasma semejante texto en perfecto castellano es un autor morisco, mestizo apátrida, nacido en España y luego exiliado en Túnez.

A lo largo de seis capítulos, la autora se propone llevar de la mano al lector por la historia del manuscrito —así como las temáticas que su escrutinio conlleva— y hacia una rica explicación del estado de la cuestión, la historia del enigmático autor y un repaso exhaustivo de los aspectos literarios, religiosos e ideológicos de las tradiciones confrontadas, que no obstante, están íntimamente relacionadas. Una vez que se aborda directamente la estructura del Tratado de los buenos usos del matrimonio —como también se le conoce—, el iniciado podrá advertir que la intención a la versión hispana del Kāma SÅ«tra va más allá de compartir el insólito hallazgo de una académica latinoamericana.

Un Kāma SÅ«tra español, además de ser un tratado didáctico para instruir a la primera generación de moriscos nacidos fuera de España, representa la fusión de dos maneras particulares de interpretar un aspecto inherente al instinto humano, a saber, el abrazo sexual.

La imparcialidad en el manejo de las fuentes y la tendencia a propiciar el diálogo entre éstas, aunque se hallen inscritas en tradiciones diferentes, en apariencia opuestas, es producto de la visión de una estudiosa antillana que no participa directamente de ninguna de las dos culturas aludidas y que además es capaz de empatizar con el anónimo criptomusulmán que, en cada uno de los folios del códice, manifiesta la trágica ambivalencia de identidad de quienes como él tuvieron la fortuna —¿o maldición?— de ser producto de un mestizaje cultural, de ser vástagos de dos patrias que no los reconocen completamente como hijos suyos.

Otra ventaja de aproximarse al texto bajo la guía de López-Baralt es la garantía de una lectura incluyente. El estilo de la académica, aunque se ciñe afanosamente a su labor como investigadora, en ocasiones también incurre en el género narrativo, lo cual reaviva el interés del lector y ameniza su lección; por ejemplo, en el ejercicio de imaginar cómo se dieron ciertos episodios en la vida de su entrañable morisco.

El monumental trabajo filológico de la autora, aunque comenzó por casualidad y sin mayor pretensión que la de contribuir a su campo de estudio, ha provisto al texto con una dote mayor: la conciliación entre tradiciones. El tratado erotológico recién descubierto es un punto de encuentro en el que podemos deleitarnos, ya con Lope de Vega o ya con Aḥmad ZarrÅ«q, con Góngora y NefzāwÄ«, o con Quevedo y Algazel.

El tratado, acusado de trastocar “dos milenios de cultura erótica occidental” —como asegura López-Baralt—, es sólo el medio para poner en relieve la afinidad entre dos culturas que desde hace más de un milenio se encuentran en pugna. Su reaparición en la coyuntura histórica actual clama más que nunca el reconocimiento tolerante de cada tradición a partir del análisis de sus diferencias.

A esto y más contribuye la obra de Luce López-Baralt, que se inserta en la literatura de los Siglos de Oro españoles y, al mismo tiempo, en la literatura morisca del exilio. De ahí que no sea asunto fortuito el flamante reconocimiento a la autora, responsable de tan monumental labor, con el Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña 2016; y tampoco lo sea la huella indeleble que ha dejado en diversos ámbitos de estudio y que la consagran, casi por antonomasia, como la “integradora de mundos y culturas lingüísticas”.

Fernanda Gallegos Negrete – Estudiante y profesora en letras.