Prosa de Bishop en el blog de Álvaro Valverde




Siento por Elizabeth Bishop, nacida en Massachusetts en 1911 y muerta en Boston en 1979, una admiración especial, si puede decirse así. Desde que leí poemas suyos traducidos por Octavio Paz en Versiones y Diversiones y, sobre todo, gracias  a aquella memorable antología ochentera del puertorriqueño Orlando José Hernández que primero publicó Mestral y luego Visor. En ella encontré versos donde reconocí como propias algunas de sus preocupaciones. La del irse o quedarse, por ejemplo, que ella se planteaba en Questions of Travel: "Continente, ciudad, país, sociedad: / la elección nunca es amplia ni libre. / Y aquí, o allí... No. ¿Tendríamos que habernos quedado en casa, / doquiera fuese?”(en versión de D. Sam Abrams y Joan Margarit, aunque uno prefiere, para el final, dondequiera que esté, pongo por caso, o dondequiera que eso quede, pues de ambas formas lo he leído). Sí, por suerte, contamos con ediciones de sus poemas en español. En Igitur (la recién citada), Lumen, Vaso Roto... Esta última publica el segundo de los dos tomos que abarcará su obra completa: Prosa. Poesía saldrá, al parecer, en mayo.
 
El volumen sigue la edición del poeta y crítico Lloyd Schwartz e incluye "sus cuentos –como el célebre «En la aldea»–, sus evocaciones y crónicas de Brasil –donde vivió cerca de veinte años–, sus ensayos y reseñas literarias y la correspondencia iluminadora que mantuvo con la poeta Anne Stevenson". La traducción, a buen seguro excelente, es del poeta (y ahora novelista) Mariano Peyrou.
 
Por cierto, y ya que lo menciono, en la misma editorial se ha publicado la novela Cuanto más te debo. El viaje interior de Elizabeth Bishop y Lota de Macedo Soares, de Michael Sledge, basada en los poemas brasileños que Bishop y que tiene como trasfondo la relación que mantuvo, en la ciudad de Santos, con Lota de Macedo Soares, "mujer vital, curiosa y sensible que le ofrece una percepción intensa del ser en el tiempo tal y como se plasma en la naturaleza, la arquitectura y la vida cotidiana."
 
Ni que decir tiene, vuelvo a la prosa de Bishop, que aún no he podido dar buena cuenta de sus casi ochocientas páginas, pero no quería dejar de anunciar aquí esta buena nueva. Para los lectores de poesía, un pequeño acontecimiento. Con editores así da gusto.
 
 
ÁLVARO VALVERDE