La cuarta persona del plural en el blog de Vicente Luis Mora




La antología La cuarta persona del plural. Antología de poesía española 1978-2015 reúne a 22 poetas españoles nacidos con posterioridad a 1960, que escriben en todas las lenguas oficiales de España. Es un proyecto en el que vengo trabajando episódicamente desde hace casi diez años, y que por fin me decido a cristalizar mediante su publicación. Paso a exponer los motivos por los que creo que este es el momento idóneo para que aparezca esta antología, editada en el sello Vaso Roto.
 
            La crisis económica española ha tenido más incidencia en algunos sectores culturales que en otros, pero su efecto en la poesía española ha sido sencillamente devastador. Se llevó por delante editoriales que, durante muchos años, habían constituido un espacio valiente de impresión que acogía en su seno a estéticas diversas y muy diferentes entre sí. Aunque el caso más relevante fue DVD Ediciones, que aglutinaba en su seno algunos de los nombres más interesantes de la lírica nacional, también desaparecieron o dejaron de publicar sine die sellos como La poesía señor Hidalgo, El toro de barro, etcétera. Las editoriales supervivientes han mermado su número de publicaciones anuales y han privilegiado las traducciones, de modo que el panorama poético patrio y su diversidad polifónica se han constreñido de forma dramática. El resultado ha sido un brutal empobrecimiento del campo poético español, donde unas pocas editoriales supervivientes han marcado férreamente su línea de publicación, mientras que los poetas de gran personalidad se han visto obligados a buscar refugio en editoriales independientes de escasa distribución. Recuperar poéticas diversas y traerlas a la luz pública, en igualdad de condiciones, tiene la virtud añadida de plantear "alternativas, en una cultura que no acepta la diferencia porque no sabe que existe", como dice Mariano Peyrou, uno de los autores antologados, en su novela De los otros (Sexto Piso, 2016), que estoy leyendo este fin de semana.
            Aunque la inmensa mayoría de los poetas recogidos en esta antología son bastante conocidos, las condiciones materiales impuestas por la crisis económica están comenzando a afectar a su visibilidad. Si ya antes de la recesión las poéticas más valiosas y singulares eran difíciles de adquirir y leer, por ser otras líneas de menor importancia las publicitadas y protegidas por cierta oficialidad literaria, después de 2008 la situación se ha hecho dramática, llegando incluso a ser difícil encontrar la obra editada de algunos de estos autores. Por este motivo, estimo más necesario que nunca publicar una antología que visibilice y traiga a primera plana estas poéticas, absolutamente distintas entre sí y de los tonos más disímiles,  que sólo tienen el común el hecho de ser trayectorias valiosas –a juicio del antólogo–, y de ser excelentemente complejas, como se explica en mi texto introductorio.
 
            La antología, en consecuencia, recoge voces muy distintas, escritas en tonos, formas, estilos, estéticas e incluso lenguas diferentes. No hay adscripciones grupales, ni tampoco intenciones generacionales, pues las edades y formaciones de los integrantes son muy dispares y el antólogo desconfía del método generacional. Poetas de estéticas muy divergentes o incluso antagónicas conviven en La cuarta persona del plural, porque el único criterio es el de excelencia, explicado por el seleccionador en una larga introducción teórica, donde todos esos extremos son razonados y presentados con el debido rigor.
 
            La cuarta persona del plural, amén de sus virtudes como libro de poemas, tiene una diferencia con otras selecciones al uso: no es una antología “de bandería”, que agrupe a un grupo poético, facción o estética concreta. El libro no persigue objetivos espurios, ni económicos, ni de grupo, ni generacionales, ni académicos –pues su autor no pertenece a la universidad y no realiza la antología por motivos curriculares– etcétera. Por supuesto que todo florilegio, como ha recordado el profesor J. F. Ruiz Casanova, tiene un programa estético; es decir, tiene la intención de dar preferencia a unas voces sobre otras, pero ese objetivo es loable si no tiene otras razones que las meramente estéticas. Y, en esa dirección, La cuarta persona del plural es un proyecto crítico, el proyecto de un crítico que conoce algo el campo poético actual y opera desde sus criterios de lectura, pues toda antología, como se recuerda en la introducción, es o debería ser una forma afilada y afinada de crítica literaria. 
 
Desde esta semana está disponible en librerías españolas y, previo encargo, en librerías hispanoamericanas.
 
 
VICENTE LUIS MORA